Santa Rosa, La Pampa - En la antesala del histórico Primer Abierto de la Ciudad de Santa Rosa, el golfista Daniel Barbetti, una de las figuras estelares del torneo, compartió una tarde de golf y camaradería en un desafío a tres hoyos junto a socios del Jockey Club. Recién llegado de Córdoba, el exprofesional del Tour Europeo demostró su calidad y dejó sus primeras impresiones sobre el campo que albergará la competencia.

Acompañado por "Mono" Cambell, Ramón Olguín y Daniel García Lozauro, con el comisario de cancha Luis Chacón como testigo y camarógrafo, Barbetti se midió en un entretenido encuentro que sirvió como aperitivo para el gran torneo. "Salí tempranito para poder jugar 18 hoyos en esta cancha que no la conocía y la verdad que me encantó", confesó Barbetti, destacando el impecable estado de los greens a pesar de la época invernal. "Es una época complicada para cualquier cancha, pero los greens están espectaculares. Me encantó mucho el diseño".

El desafío comenzó en un par tres de 150 yardas, donde Barbetti ejecutó un tiro preciso con su hierro 8 que aterrizó a pocos metros de la bandera. El juego distendido, lleno de bromas y análisis, continuó en el hoyo más largo de la cancha, un par 5 de 630 yardas. Allí, el experimentado golfista demostró su maestría con un approach desde fuera del green utilizando un hierro 8 para dejar la pelota rodando cerca del hoyo, una lección de técnica para minimizar riesgos en un terreno complejo.

Durante la caminata, Barbetti compartió recuerdos de su carrera, destacando uno de los momentos más preciados: su victoria en el Roberto De Vicenzo Classic. "Fue un honor recibir el premio de manos de Roberto", rememoró, describiendo al maestro como "un ejemplo, pura experiencia".

El enfrentamiento amistoso llegó a su clímax en el último hoyo. Con la presión en aumento, Ramón Olguín estuvo a punto de embocar un birdie que habría sentenciado el juego, dejando la definición en manos de "Mono" Cambell, quien debió meter un putt crucial para sellar el empate. "¡Excelente, me salvé!", exclamó entre risas, cerrando un duelo memorable.

El encuentro finalizó con un apretón de manos y la promesa de disfrutar de la hospitalidad y la gastronomía pampeana. "Ya me invitaron a comer a mil lugares, no sé cómo voy a hacer", bromeó Barbetti. Esta jornada no solo sirvió para que la figura del torneo se aclimatara a la cancha, sino que también demostró el espíritu de camaradería que rodea al golf, un perfecto preludio para lo que será una fiesta deportiva este fin de semana en el Jockey Club Santa Rosa.